lunes, 28 de mayo de 2012

El mundo sin horarios.

Escapemos al mundo sin horarios.
Donde no haya prisas, no haya que hacer cosas para mañana, no haya que regresas a tal hora.
En el mundo donde el tiempo no se mide en horas, sino en mañanas, tardes y noches.
Donde el Sol y las estrellas sean los únicos que marquen los días.
Que las hora de baño las señalen las mareas altas y bajas.
Que la frase mas agobiante que oigas sea "qué vamos a hacer hoy".
Donde puedas estar con quien desees (contigo) hasta que desees.
En un mundo donde se puede bailar hasta el anochecer y hacer el amor hasta el amanecer.
Donde puedes dormir el tiempo que te plazca, pero se madruga para aprovechar el día.
Un mundo donde puedo verte "cuando me apetece", donde tu no tienes que volver, ni yo me tengo que ir.
En el mundo sin horarios puedes llegar tarde a cenar y temprano a desuyanar. En este mundo no tienes que irte a dormir a casa.
En el mundo sin horarios se juega hasta que se canse, se baila hasta que la música deje de sonar, se ríe hasta que pierda la gracia y se besa hasta que se desgasten los labios.
Suena contradictorio pero en el mundo sin horarios hay tiempo. Tiempo de sobra para todo y para todos. Tienes tiempo para hacer lo que te guste, lo que no te guste y lo que le guste a ella. En el mundo sin horarios el reloj no suena, solo te marca los segundos que hay entre un placer y otro.
Ven, huyamos al mundo sin horarios.

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